domingo, 2 de octubre de 2011

.HISTORIA SOBRE RUEDAS.


ESTA SEMANA: FORD  FAIRLANE.


En 1968, Ford Argentina decide ampliar su gama de productos para sus consumidores. Caracterizada como marca de automóviles de lujo en Argentina, en ese tiempo ya había perdido esa exclusividad cuando su producto insignia, el Ford Falcon, comenzó a ser muy utilizado en diferentes aspectos de la sociedad.
 Es así que Ford decide redoblar la apuesta e intenta ofrecer un coche netamente exclusivo. Para ello, comienza a buscar un modelo que sea adaptable a los gustos de los consumidores argentinos. El elegido para la producción fue la versión sedán del Ford Torino, modelo que también tenía dos versiones coupé de dos puertas (sedán y hatchback) y convertible de dos puertas, pero que ninguna fue producida en Argentina.
 Sin embargo, un pequeño problema surgió antes de su presentación: El nombre Torino ya había sido patentado en Argentina por IKA-Renault, que en 1966 ya había lanzado el recordado e inolvidable modelo IKA-Renault Torino. Fue entonces que Ford, decidió recurrir a un nombre muy usado por la marca en Estados Unidos: Fairlane.
El nuevo Ford Fairlane, fue presentado en el año 1968 en el país, sin embargo, su producción en serie se inició un año después en 1969. Para su presentación, se montó una campaña publicitaria de preestreno en la que se veía transitar en la oscuridad y con las luces encendidas, una caravana de Fairlane mientras el locutor decía "Para usted, ya llega la Nueva serenidad espacial".
 El término "espacial" hacía referencia a la habitabilidad del vehículo. Cuando la presentación del Fairlane fue definitiva, su comercial de presentación mostraba a un jeque árabe que llegaba a la Argentina, y para trasladarlo a su hotel lo esperaba un Ford Fairlane.
Luego de comprobar los atributos del auto, el jeque desea tener tres unidades para también transportar a sus esposas. Finalizaba la publicidad con el eslogan que se adoptó en ese entonces para el Fairlane: Nueva serenidad espacial.
El Fairlane se presentó en tres modelos: Standard, Fairlane 500 y Fairlane LTD. El modelo impresionaba por sus enormes dimensiones, contando con 5,10 m de largo y 1,90 de ancho dando una idea aproximada de lo enorme que era. El diseño del auto, se basaba en un estilo sobrio y señorial, presentando detalles que expresaban su elegancia en la más alta forma.
El diseño lateral de la carrocería, se extendía hasta más allá de la línea de la parrilla en la cual se alojaban faros duales circulares. En cuanto a su mecánica, sus motorizaciones fueron un 6 cilindros de 221 centímetros cúbicos y 132 CV para la versión estándar y un V8 de 292 centímetros cúbicos  y 180 CV en sus versiones 500 y LTD, todos acoplados a una caja manual de 3 velocidades ubicada en el volante.
 Uno de los atributos más aclamados del Fairlane, fue su confort de marcha, el cual era propicio por sus suspensiones, de paralelogramo deformable con espirales y amortiguadores en la delantera y de elásticos en la trasera. Volviendo a sus detalles de diseño, en su interior, el tapizado variaba entre tela o vinilo, llevando asientos de estructura anatómica. También como opcional, traían techos de vinilo de diferentes colores, tazas de imitación de rayos y cubiertas de cara blanca. Precisamente, estas tazas equipaban a la versión LTD, mientras que la versión 500 usaba tazas de chapa metalizada.

Debido a su diseño, muy elegante, fue muy utilizado por taxistas. También se lo utilizó para la recepción y traslado de importantes personalidades y por supuesto, también como coche fúnebre. Para 1970 fueron presentadas las versiones De Luxe y LTD Elitte, que presentaban lo último en equipamiento. Algunos de esos detalles fueron el agregado de aire acondicionado y dirección hidráulica y la opción de una antena de radio eléctrica.
Precisamente, esta última era una antena de accionamiento por un comando a distancia, ubicado dentro del coche, que sin embargo fue ubicada por encima del lateral derecho de la trompa y diseñada de una manera tal que quedaba un tramo de la misma afuera dándole un toque elegante al coche, idea que finalmente fue abandonada ya que más de uno se encontraba con alguien que se había divertido doblándola y rompiéndola.
En cuanto a su motor, fue catalogado como una rareza, ya que en Argentina solamente había vehículos con motores de 4 o 6 cilindros en línea. Inclusive coches de su talla y categoría como el Dodge Coronado, fueron equipados con motores de 6 cilindros. Finalmente la respuesta llegaría unos años después con la aparición del Dodge GTX, que poseía el impulsor V8 más potente del país. El motor del Fairlane lleva el sobrenombre de V8 Fase II, porque es el mismo motor Fase I que Ford utilizaba para equipar sus primeros camiones y que al ser trasladado al Fairlane, su múltiple de admisión fue reformado. Otro motor que equipaba al Ford Fairlane, era el conocido motor 6 cilindros de 221 centímetros cúbicos, que ya se usaba para equipar al Ford Falcon y a las camionetas Ford F-100.
Finalmente, en 1982 y con el auge de la importación de coches europeos de bajo consumo, el Fairlane dejó de fabricarse en General Pacheco, habiéndose producido 29602 unidades. Al igual que su hermano menor el Ford Falcon, hoy en día el Fairlane es considerado objeto de culto por parte de los fanáticos de la marca, que consideran a este coche como el mejor debido a su motor V8.
 Varios clubes se han formado en torno a este automóvil, como así también son recordadas sus hazañas en el automovilismo nacional, ya que siempre fue considerado por la sociedad, como un auto para la clase alta debido a su enorme tamaño, sus altas prestaciones, su siempre lujoso equipamiento y su considerable alto costo.
 Muchas empresas de hecho, crearon sus propias flotas ejecutivas con modelos Fairlane. También, el Gobierno Nacional utilizaba estos coches como transporte para las celebridades que visitaban el país, como así también para el traslado de las autoridades de un lugar a otro. También sobre la base de este coche fueron diseñadas de modo particular, carrozados de limusinas, teniendo siempre en cuenta su elegancia y comodidad al andar. Obviamente, debido a su enorme y espacioso habitáculo, como así también a su gran largo, fue muy utilizado por empresas funerarias para la fabricación y carrozado de coches fúnebres.
Cuando el Fairlane fue presentado en sociedad, lo que menos imaginó Ford era que varios pilotos que usaban autos de su marca para correr en Turismo Carretera, también lo harían incursionar en esta especialidad. De hecho, varios de ellos vieron en él una solución a la falta de aerodinamia que planteaba el muy utilizado Ford Falcon, el compacto por excelencia.
 Las suaves líneas curvas que se alzaban en la cintura del Fairlane, sumado a su largo que otorgaba mejor maniobrabilidad, fueron los atributos por los cuales sus usuarios lo llevaron a las pistas, como una alternativa fuerte para derrocar el monopolio que estaban generando las coupés Dodge GTX.
 La baja demanda de las Coupe Chevy, las dificultades técnicas que enfrentaba el IKA Torino y el diseño rectilíneo del Falcon, crearon el ambiente propicio para generar el duelo Fairlane-GTX. Varios pilotos de Ford, rápidamente cambiaron sus Falcon por Fairlane, teniendo resultados discretos.
 Algunos pilotos que manejaron Fairlane de TC fueron Norberto Bressano y Esteban Fernandino, pero quién quedó en la memoria de los fanáticos del Fairlane y en la historia del Automovilismo nacional fue Oscar Angeletti, quién a bordo de un Fairlane azul y blanco peleó el campeonato de 1989 frente a Oscar Castellano, perdiendo por muy poco y ganando la carrera final con un neumático roto. Su actuación en ese año hizo suponer a la ACTC, la creación de un monopolio por parte de Ford y el modelo Fairlane, por lo que la categoría resolvió prohibirlo para su uso en carreras de Turismo Carretera.

Algunas imágenes...





 El Fairlane de TC de Angeletti.

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Nota: Lautaro Godoy.- 

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