ESTA SEMANA: FORD FAIRLANE.
En 1968, Ford Argentina decide ampliar su gama
de productos para sus consumidores. Caracterizada como marca de automóviles de
lujo en Argentina, en ese tiempo ya había perdido esa exclusividad cuando su
producto insignia, el Ford Falcon,
comenzó a ser muy utilizado en diferentes aspectos de la sociedad.
Es así que Ford decide redoblar
la apuesta e intenta ofrecer un coche netamente exclusivo. Para ello, comienza
a buscar un modelo que sea adaptable a los gustos de los consumidores
argentinos. El elegido para la producción fue la versión sedán del Ford Torino, modelo que también tenía
dos versiones coupé de dos puertas (sedán y hatchback) y convertible de dos
puertas, pero que ninguna fue producida en Argentina.
Sin embargo, un pequeño problema
surgió antes de su presentación: El nombre Torino ya había sido patentado en Argentina por IKA-Renault, que en 1966 ya había lanzado el recordado e
inolvidable modelo IKA-Renault Torino. Fue entonces que Ford, decidió recurrir
a un nombre muy usado por la marca en Estados Unidos: Fairlane.
El nuevo Ford Fairlane, fue presentado
en el año 1968 en el país, sin
embargo, su producción en serie se inició un año después en 1969. Para su presentación, se montó
una campaña publicitaria de preestreno en la que se veía transitar en la
oscuridad y con las luces encendidas, una caravana de Fairlane mientras el
locutor decía "Para usted, ya llega la Nueva serenidad espacial".
El término "espacial"
hacía referencia a la habitabilidad del vehículo. Cuando la presentación del
Fairlane fue definitiva, su comercial de presentación mostraba a un jeque árabe
que llegaba a la Argentina, y para trasladarlo a su hotel lo esperaba un Ford
Fairlane.
Luego de comprobar los atributos del auto, el jeque desea tener tres
unidades para también transportar a sus esposas. Finalizaba la publicidad con
el eslogan que se adoptó en ese entonces para el Fairlane: Nueva serenidad espacial.
El Fairlane se presentó en tres modelos: Standard, Fairlane 500 y Fairlane LTD. El modelo impresionaba por
sus enormes dimensiones, contando con 5,10
m de largo y 1,90 de ancho dando una idea aproximada de lo enorme que era.
El diseño del auto, se basaba en un estilo sobrio y señorial, presentando
detalles que expresaban su elegancia en la más alta forma.
El diseño lateral de la carrocería, se extendía hasta más allá de la
línea de la parrilla en la cual se alojaban faros duales circulares. En cuanto
a su mecánica, sus motorizaciones fueron un 6 cilindros de 221 centímetros cúbicos y 132 CV para la versión
estándar y un V8 de 292 centímetros
cúbicos y 180 CV en sus versiones 500 y
LTD, todos acoplados a una caja manual de 3 velocidades ubicada en el
volante.
Uno de los atributos más
aclamados del Fairlane, fue su confort de marcha, el cual era propicio por sus
suspensiones, de paralelogramo deformable con espirales y amortiguadores en la
delantera y de elásticos en la trasera. Volviendo a sus detalles de diseño, en
su interior, el tapizado variaba entre tela o vinilo, llevando asientos de
estructura anatómica. También como opcional, traían techos de vinilo de
diferentes colores, tazas de imitación de rayos y cubiertas de cara blanca.
Precisamente, estas tazas equipaban a la versión LTD, mientras que la versión
500 usaba tazas de chapa metalizada.
Debido a su diseño, muy elegante, fue muy utilizado por taxistas.
También se lo utilizó para la recepción y traslado de importantes
personalidades y por supuesto, también como coche fúnebre. Para 1970 fueron presentadas las versiones De Luxe y LTD Elitte, que presentaban
lo último en equipamiento. Algunos de esos detalles fueron el agregado de aire
acondicionado y dirección hidráulica y la opción de una antena
de radio eléctrica.
Precisamente, esta última era una antena de accionamiento por un
comando a distancia, ubicado dentro del coche, que sin embargo fue ubicada por
encima del lateral derecho de la trompa y diseñada de una manera tal que
quedaba un tramo de la misma afuera dándole un toque elegante al coche, idea
que finalmente fue abandonada ya que más de uno se encontraba con alguien que
se había divertido doblándola y rompiéndola.
En cuanto a su motor, fue catalogado como una rareza, ya que en
Argentina solamente había vehículos con motores de 4 o 6 cilindros en línea.
Inclusive coches de su talla y categoría como el Dodge Coronado, fueron equipados con motores de 6 cilindros.
Finalmente la respuesta llegaría unos años después con la aparición del Dodge GTX, que poseía el impulsor V8 más potente del país. El motor del
Fairlane lleva el sobrenombre de V8 Fase II, porque es el mismo motor Fase I
que Ford utilizaba para equipar sus primeros camiones y que al ser trasladado
al Fairlane, su múltiple de admisión fue reformado. Otro motor que equipaba al
Ford Fairlane, era el conocido motor 6 cilindros
de 221 centímetros cúbicos, que ya se usaba para equipar al Ford Falcon y a las camionetas Ford F-100.
Finalmente, en 1982 y con el
auge de la importación de coches europeos de bajo consumo, el Fairlane dejó
de fabricarse en General Pacheco,
habiéndose producido 29602 unidades.
Al igual que su hermano menor el Ford Falcon, hoy en día el Fairlane es
considerado objeto de culto por parte de los fanáticos de la marca, que
consideran a este coche como el mejor debido a su motor V8.
Varios clubes se han formado en
torno a este automóvil, como así también son recordadas sus hazañas en el
automovilismo nacional, ya que siempre fue considerado por la sociedad, como un auto
para la clase alta debido a su enorme tamaño, sus altas prestaciones, su
siempre lujoso equipamiento y su considerable alto costo.
Muchas empresas de hecho,
crearon sus propias flotas ejecutivas con modelos Fairlane. También, el Gobierno Nacional utilizaba estos
coches como transporte para las celebridades que visitaban el país, como
así también para el traslado de las autoridades de un lugar a otro. También
sobre la base de este coche fueron diseñadas de modo particular, carrozados de
limusinas, teniendo siempre en cuenta su elegancia y comodidad al andar.
Obviamente, debido a su enorme y espacioso habitáculo, como así también a su
gran largo, fue muy utilizado por empresas funerarias para la fabricación y
carrozado de coches fúnebres.
Cuando el Fairlane fue presentado en sociedad, lo que menos imaginó
Ford era que varios pilotos que usaban autos de su marca para correr en Turismo Carretera, también lo harían
incursionar en esta especialidad. De hecho, varios de ellos vieron en él una
solución a la falta de aerodinamia que planteaba el muy utilizado Ford Falcon,
el compacto por excelencia.
Las suaves líneas curvas que se
alzaban en la cintura del Fairlane, sumado a su largo que otorgaba mejor
maniobrabilidad, fueron los atributos por los cuales sus usuarios lo llevaron a
las pistas, como una alternativa fuerte para derrocar el monopolio que estaban
generando las coupés Dodge GTX.
La baja demanda de las Coupe Chevy, las dificultades
técnicas que enfrentaba el IKA
Torino y el diseño rectilíneo del Falcon, crearon el ambiente propicio para generar el duelo
Fairlane-GTX. Varios pilotos de Ford, rápidamente cambiaron sus Falcon
por Fairlane, teniendo resultados discretos.
Algunos pilotos que manejaron Fairlane de TC fueron Norberto
Bressano y Esteban Fernandino, pero quién quedó en la memoria de los
fanáticos del Fairlane y en la historia del Automovilismo nacional fue Oscar
Angeletti, quién a bordo de un Fairlane azul y blanco peleó el
campeonato de 1989 frente a Oscar
Castellano, perdiendo por muy poco y ganando la carrera final con un
neumático roto. Su actuación en ese año hizo suponer a la ACTC, la creación de un monopolio por parte de Ford y el modelo
Fairlane, por lo que la categoría resolvió prohibirlo para su uso en carreras
de Turismo Carretera.
Algunas imágenes...
El Fairlane de TC de Angeletti.
Publicidades de TV
Nota: Lautaro Godoy.-
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