La sexta
generación del descapotable de Mercedes ya ha sido descubierta como anticipo a
su debut oficial en el Salón del Automóvil de Detroit en Enero, y
con su anuncio oficial podemos ya por fin conocer todas las interioridades de
este ícono alemán que aspira a ofrecer el refinamiento de un Clase S en la
carrocería de un biplaza descapotable.
Exteriormente
ya no presenta sorpresa alguna tras las continuas filtraciones de los últimos
días. La carrocería, que combina la nariz del SLS AMG con influencias del SL
"Pagoda" y unos faros de inspiración retro, ha creado suscitado
reacciones encontradas; hay quien lo considera un acertado rediseño de un coche
cuya esencia misma pedía más señorío, pero tampoco faltan los que creen que el
nuevo SL es fruto de una mezcla de estilos.
Más
coherente es el habitáculo, con los aireadores tipo SLS
(también vistos en el nuevo SLK), y elegantísimas combinaciones de cuero,
madera, fibra de carbono y metal, presentes en detalles como el grabado con el
nombre del fabricante en el fondo de aluminio del volante.
Siendo uno
de los modelos más representativos de Mercedes, el fabricante alemán ha
introducido una serie de primicias técnicas en el nuevo SL que más tarde
podrían extenderse a otros modelos. La primera de ellas es el equipo de audio
FrontBass, que monta las cajas de bajos no en las puertas o en la parte trasera
del habitáculo, sino a los pies de los ocupantes, concretamente en el propio
chasis para aprovechar las cualidades acústicas de la nueva estructura de
aluminio, que hace resonar el sonido de forma más clara y libera espacio en el
resto del coche.
Otro detalle
interesante son los nuevos limpiaparabrisas Magic Vision Control, que expulsan
el fluido a través de unas microperforaciones en las propias escobillas. Su
diseño hace casi imposible salpicar a los ocupantes, y junto al sistema
calefactor integrado, permite limpiar rápidamente cualquier resto de nieve o
hielo depositado en el cristal. Por último, Mercedes también ha integrado uno
de esos sistemas de apertura del baúl tan de moda estos días, que sólo
requieren que el conductor pase el pie por debajo del paragolpes trasero para
abrir o cerrar la tapa.
El techo,
aunque todavía rígido puede
equipar el Magic Sky Control visto en el último SLK. Este sistema
electrocrómico permite modificar la orientación de pequeñas partículas
magnéticas en el vidrio del techo modificando una pequeña corriente eléctrica,
de forma que se oscurece con el toque de un botón para proteger a los
ocupantes. Se integra en un nuevo techo electrohidráulico con estructura de
magnesio (unos 6 kg menos que en el modelo saliente), que se puede cerrar o
abrir en menos de 20 segundos.
La parte técnica
también es conocida, pero no por ello vamos a dejar de darle nombrarla. Los corazones
escogidos por Mercedes para motorizar al nuevo SL serán inicialmente dos: un
3.5 V6 instalado en el SL350, y el 4.7 V8 biturbo reservado para el SL500.
Ambos se asociarán a una caja automática de siete velocidades.
Además de
disponer de una potencia notable (306 y 435 CV respectivamente), tendrán la
enorme ventaja de tener que mover un auto sensiblemente más ligero y un 20%
más rígido gracias al uso de aluminio y algunos componentes fabricados en
magnesio, tales son el techo y el depósito de combustible. Sólo la estructura
pesa 110 kg menos, y completo, el nuevo SL500 ha perdido 125 kg frente al
modelo saliente, lo que le permite acelerar de 0 a 100 en sólo 4,6 segundos, u
8 décimas menos que su predecesor, cifra que asciende a 5,9 segundos en el caso
del SL350 (con una reducción de 3 décimas y una pérdida de 140 kg). Gracias a
sus nuevos motores y a su "dieta de adelgazamiento", Mercedes estima una
optimización en los consumos de entre el 22 y el 29 por ciento.
En suma, una
muy perceptible mejora en línea con el manifiesto deseo de Mercedes de acercar
al nuevo SL a sus raíces técnicas y dinámicas.
Nota: Lautaro Godoy.-
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