sábado, 10 de diciembre de 2011

.CLASSIC TEST DE LA SEMANA.


TEST Nº19: VOLKSWAGEN POLO CLASSIC CONFORTLINE GNC– 2002.
Original Revista SERIE 1 CARBURANDO Nº48 – Noviembre 2002
Gas…to Controlado




La nueva versión del Volkswagen Polo, dotado con GNC de fábrica, pretende ser una alternativa para los tiempos que corren, por medio de un ahorro considerado en combustible, avalado por las principales virtudes del modelo: FORTALEZA y CONFIABILIDAD.

Existe un dato muy preciso para comprender la realidad del mercado argentino. Desde principios de año, los combustibles tradicionales sufrieron constantes aumentos, con incrementos de precios en unos porcentajes altísimos: más de un 70% la nafta, más del 115% el diesel y apenas un 7% el Gas Natural Comprimido (GNC).
 Ante este panorama  es lógico que las fábricas locales comiencen a ofrecer sus productos con los equipos de GNC de fábrica, que cuentan con la virtud de mantener la garantía y el hecho de ser una instalación probada y respaldada por una empresa automotriz de envergadura mundial.
El auge del GNC no para y no sería nada descabellado pensar que marcas como RENAULT, CHEVROLET o FORD tengan planeado alguna solución similar a la adoptada por FIAT, PEUGEOT y VOLKSWAGEN, entre otros, que cuentan con GNC de fábrica.
Esta vez le tocó el turno al reciente Polo para conocerlo a fondo por medio de este test.

 Uno no es mejor que dos. Un solo cilindro en el Polo que es más gran y roba lugar de carga con respecto a los dos pequeños del Siena.

Material de Herencia

Debido a que se trata de la versión que todos conocemos, a la cual se le agrega por 2.439 pesos el equipo de gas, es importante aclarar que mantiene las mismas características de las versiones actuales en la mayor parte de los aspectos.
 Recordamos que el tablero de instrumentos y la consola central son los mismos que las del modelo Lupo, que no se importa en la Argentina. La iluminación nocturna combina los colores azul y rojo en todos sus instrumentos. Muy agradable.
Las regulaciones del asiento y el volante en altura contribuyen a lograr una correcta posición de manejo, al igual que el mayor diámetro de este último y un nuevo revestimiento que otorga un mejor grip y grosor, aunque sería ideal si fuera un poco más ancho.
 Los comandos de la climatización siguen fuera del alcance de la mano. Una cantidad interesante de portaobjetos contribuye para llevar pequeños elementos en forma ordenada. Existen dos pequeñas molestias cotidianas para mejorar: una es el accionamiento de la bocina, y la segunda es que la paleta que acciona la luz alta no es tan ágil y suele quedarse trabada.

Puesto de mando. Prolija presentación y terminación admirable para su segmento, a no ser por los injertos GNC.

Confiable y más conservador

El motor es el clásico 1.6 naftero que continúa siendo un importante caballito de batalla de la marca gracias a su confiabilidad, mecánica sencilla y el hecho no menos importante de contar con servicio y repuestos en todo el país.
Los valores funcionando a nafta son prácticamente similares a los entregados cuando probamos la versión sin GNC, y lo más importante es saber como se comporta con este nuevo combustible. Llega a los 160 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 16,1s. Con 7,83 metros cúbicos de GNC recorre 100 kilómetros a una velocidad de 120 km/h, lo que significa apenas 3,13 pesos para cubrir esa distancia.
En ciudad se recorren 100 kilómetros con 4 pesos y, si se aguanta con el pie tranquilo y lo lleva a 90 km/h, para cubrir la misma distancia en la ruta va a precisar sólo 2,50 pesos para movilizarse. Una verdadera ganga.
La elasticidad no es un punto fuerte cuando se conecta el GNC y los valores exigen  a tener un gran respeto al momento de realizar un adelantamiento en la ruta o en su defecto tocar la tecla conversora para pasarlo a nafta (como si fuera el nitro, salvando las distancias) para lograr un mejor resto.

La carga de gas. Anticuada en el Polo.


Chico atrás

Al mantener el mismo diseño, la visibilidad hacia atrás es limitada, y es escasa la habitabilidad  posterior debido a la corta distancia que queda entre los respaldos  de los asientos delanteros y las piernas de quienes se ubiquen en los asientos traseros.
La capacidad del baúl disminuye al tener el tanque de gas, pero como cuenta con un baúl  muy amplio le queda un espacio razonable para guardar las valijas, aunque deberían haber incorporado dos tanques pequeños de igual capacidad que ocupan menos espacio que el elegido (como trae el Siena).

 Tecla conversora de gas/nafta mal ubicada en el Polo.

Siempre fuerte

La solidez estructural sigue siendo una gran virtud. Es un auto gobernable sin esfuerzos. Solo circulando a velocidades elevadas requiere mayor de atención debido a una dirección que comienza a estar un poco sobreasistida y a leves pérdidas de línea.
Aunque quien compra esta versión  no va a circular como queriendo bajar los tiempos de un autódromo. Circulando muy rápido en las curvas tiende a sacar un  poco la cola, como si fuera un tracción trasera,  pero siempre es fácil de gobernar y sincero.
La insonorización ha mejorado  y las distancias de frenado son lógicas a pesar  de un pedal que no es tan efectivo en la primera parte de su recorrido,  pero debido a su consistencia mayor luego es posible realizar una detención eficiente.

 Anda, y anda... y anda. El clásico 1.6 de VOLKSWAGEN. Confiabilidad asegurada.

Pro y contras de su instalación

Como aspectos positivos se debe mencionar el hecho que el equipo montado es un Landi Renzo  de tercera generación, y el ya comentado derecho a mantener la garantía de fábrica.
Sin embargo existen varios puntos de la adaptación que no están hechos con el rigor que nos tiene acostumbrados la compañía alemana. Por ejemplo, la tecla que pasa de gas a nafta está puesta a golpes, demostrando una deficiente terminación.
También lleva incorporada las luces que indican la carga del equipo. En el Fiat Siena está mejor resuelto, ya que posee un indicador digital en el tablero de instrumentos que marca en porcentaje la capacidad almacenada en el tubo.
Y ya que mencionamos al cilindro, como explicamos antes, mejor son dos pequeños que uno grande. Además en  el Polo no está cubierto con una alfombra. Por último, la carga de gas continúa siendo la arcaica tradicional que se encuentra en el motor, podrían haber hecho una carga con un pico externo junto a la tapa del tanque de nafta. Todos estos aspectos merecen mejorarse.
Para cerrar a su favor, un hecho interesante es que todas las versiones conocidas de equipamiento pueden incorporar el equipo de gas, por lo cual otorga un abanico muy amplio al usuario para decidirse.
Por todo lo expuesto, este Volkswagen Polo Confortline GNC  es un automóvil a tener muy en cuenta por su confiabilidad y economía.




Conclusiones

A favor…
v  Bajo costo operativo, en especial con GNC.
v  Solidez estructural.
v  Confiabilidad del motor.
v  Mantiene garantía de fábrica.
v  Funcionamiento y equipo de gas de 3º generación.
v  Tres niveles de equipamiento.


En contra…
v  Adaptación de elementos  de GNC, como la tecla conversora y el cilindro sin alfombra.
v  Indicador de combustible y carga en el motor.
v  Habitabilidad posterior.
v  Visibilidad hacia atrás.
Nada en el exterior aclara su condición de GNC, a no ser por la oblea obligatoria y unos calcos adicionales de YPF en la luneta.

Testeó: Sebastián Ramos.

Fotos: Gerardo Horovitz.


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