TEST Nº19: VOLKSWAGEN POLO CLASSIC CONFORTLINE
GNC– 2002.
Original Revista SERIE 1 CARBURANDO Nº48 – Noviembre 2002
Original Revista SERIE 1 CARBURANDO Nº48 – Noviembre 2002
Gas…to Controlado
La nueva versión del Volkswagen Polo, dotado con GNC de fábrica,
pretende ser una alternativa para los tiempos que corren, por medio de un ahorro
considerado en combustible, avalado por las principales virtudes del modelo:
FORTALEZA y CONFIABILIDAD.
Existe un dato muy preciso para comprender la realidad del mercado
argentino. Desde principios de año, los combustibles tradicionales sufrieron
constantes aumentos, con incrementos de precios en unos porcentajes altísimos:
más de un 70% la nafta, más del 115% el diesel y apenas un 7% el Gas Natural
Comprimido (GNC).
Ante este panorama es lógico que las fábricas locales comiencen a
ofrecer sus productos con los equipos de GNC de fábrica, que cuentan con la
virtud de mantener la garantía y el hecho de ser una instalación probada y
respaldada por una empresa automotriz de envergadura mundial.
El auge del GNC no para y no sería nada descabellado pensar que marcas
como RENAULT, CHEVROLET o FORD tengan planeado alguna solución similar a la
adoptada por FIAT, PEUGEOT y VOLKSWAGEN, entre otros, que cuentan con GNC de
fábrica.
Esta vez le tocó el turno al reciente Polo para conocerlo a fondo por
medio de este test.
Material de Herencia
Debido a que se trata de la versión que todos conocemos, a la cual se
le agrega por 2.439 pesos el equipo de gas, es importante aclarar que mantiene
las mismas características de las versiones actuales en la mayor parte de los
aspectos.
Recordamos que el tablero de
instrumentos y la consola central son los mismos que las del modelo Lupo, que
no se importa en la Argentina. La iluminación nocturna combina los colores azul
y rojo en todos sus instrumentos. Muy agradable.
Las regulaciones del asiento y el volante en altura contribuyen a
lograr una correcta posición de manejo, al igual que el mayor diámetro de este
último y un nuevo revestimiento que otorga un mejor grip y grosor, aunque sería
ideal si fuera un poco más ancho.
Los comandos de la climatización
siguen fuera del alcance de la mano. Una cantidad interesante de portaobjetos
contribuye para llevar pequeños elementos en forma ordenada. Existen dos
pequeñas molestias cotidianas para mejorar: una es el accionamiento de la
bocina, y la segunda es que la paleta que acciona la luz alta no es tan ágil y
suele quedarse trabada.
Puesto de mando. Prolija presentación y terminación admirable para su segmento, a no ser por los injertos GNC.
Confiable y más conservador
El motor es el clásico 1.6 naftero que continúa siendo un importante
caballito de batalla de la marca gracias a su confiabilidad, mecánica sencilla
y el hecho no menos importante de contar con servicio y repuestos en todo el
país.
Los valores funcionando a nafta son prácticamente similares a los
entregados cuando probamos la versión sin GNC, y lo más importante es saber
como se comporta con este nuevo combustible. Llega a los 160 km/h de velocidad
máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 16,1s. Con 7,83 metros cúbicos de GNC
recorre 100 kilómetros a una velocidad de 120 km/h, lo que significa apenas
3,13 pesos para cubrir esa distancia.
En ciudad se recorren 100 kilómetros con 4 pesos y, si se aguanta con
el pie tranquilo y lo lleva a 90 km/h, para cubrir la misma distancia en la
ruta va a precisar sólo 2,50 pesos para movilizarse. Una verdadera ganga.
La elasticidad no es un punto fuerte cuando se conecta el GNC y los
valores exigen a tener un gran respeto
al momento de realizar un adelantamiento en la ruta o en su defecto tocar la
tecla conversora para pasarlo a nafta (como
si fuera el nitro, salvando las distancias) para lograr un mejor resto.
La carga de gas. Anticuada en el Polo.
Chico atrás
Al mantener el mismo diseño, la visibilidad hacia atrás es limitada, y
es escasa la habitabilidad posterior
debido a la corta distancia que queda entre los respaldos de los asientos delanteros y las piernas de
quienes se ubiquen en los asientos traseros.
La capacidad del baúl disminuye al tener el tanque de gas, pero como
cuenta con un baúl muy amplio le queda
un espacio razonable para guardar las valijas, aunque deberían haber incorporado
dos tanques pequeños de igual capacidad que ocupan menos espacio que el elegido
(como trae el Siena).
Siempre fuerte
La solidez estructural sigue siendo una gran virtud. Es un auto
gobernable sin esfuerzos. Solo circulando a velocidades elevadas requiere mayor
de atención debido a una dirección que comienza a estar un poco sobreasistida y
a leves pérdidas de línea.
Aunque quien compra esta versión
no va a circular como queriendo bajar los tiempos de un autódromo. Circulando
muy rápido en las curvas tiende a sacar un
poco la cola, como si fuera un tracción trasera, pero siempre es fácil de gobernar y sincero.
La insonorización ha mejorado y
las distancias de frenado son lógicas a pesar
de un pedal que no es tan efectivo en la primera parte de su recorrido, pero debido a su consistencia mayor luego es
posible realizar una detención eficiente.
Pro y contras de su instalación
Como aspectos positivos se debe mencionar el hecho que el equipo
montado es un Landi Renzo de tercera
generación, y el ya comentado derecho a mantener la garantía de fábrica.
Sin embargo existen varios puntos de la adaptación que no están hechos
con el rigor que nos tiene acostumbrados la compañía alemana. Por ejemplo, la
tecla que pasa de gas a nafta está puesta a golpes, demostrando una deficiente
terminación.
También lleva incorporada las luces que indican la carga del equipo. En
el Fiat Siena está mejor resuelto, ya que posee un indicador digital en el
tablero de instrumentos que marca en porcentaje la capacidad almacenada en el
tubo.
Y ya que mencionamos al cilindro, como explicamos antes, mejor son dos
pequeños que uno grande. Además en el
Polo no está cubierto con una alfombra. Por último, la carga de gas continúa
siendo la arcaica tradicional que se encuentra en el motor, podrían haber hecho
una carga con un pico externo junto a la tapa del tanque de nafta. Todos estos
aspectos merecen mejorarse.
Para cerrar a su favor, un hecho interesante es que todas las versiones
conocidas de equipamiento pueden incorporar el equipo de gas, por lo cual
otorga un abanico muy amplio al usuario para decidirse.
Por todo lo expuesto, este Volkswagen Polo Confortline GNC es un automóvil a tener muy en cuenta por su
confiabilidad y economía.
Conclusiones
A favor…
v Bajo costo operativo, en especial con GNC.
v Solidez estructural.
v Confiabilidad del motor.
v Mantiene garantía de fábrica.
v Funcionamiento y equipo de gas de 3º generación.
v Tres niveles de equipamiento.
En contra…
v Adaptación de elementos de GNC,
como la tecla conversora y el cilindro sin alfombra.
v Indicador de combustible y carga en el motor.
v Habitabilidad posterior.
v Visibilidad hacia atrás.
Nada en el exterior aclara su condición de GNC, a no ser por la oblea obligatoria y unos calcos adicionales de YPF en la luneta.
Testeó: Sebastián Ramos.
Fotos: Gerardo Horovitz.
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