NOVEDADES SOBRE RUEDAS: .CLASSIC TEST DE LA SEMANA.

TEST Nº33: VOLKSWAGEN PASSAT 1.8T – 1999.

Original Revista Auto Test Nº 93 – Julio de 1998.

Racionalidad al extremo

Aunque dispone de buen equipamiento su presentación es austera, sin lujos, con cierta timidez tradicional en Volkswagen. Sin embargo su calidad y eficiencia son sus principales argumentos.

Estilo germano de punta a punta. Líneas redondeadas, bien plantado e imagen de solidez absoluta junto a un Cx de 0.28 y neumáticos de 205 sobre llantas de 15 pulgadas. Tiene indiscutible parentesco visual con la línea Audi A6 (su primo rico) pero no le envidia materiales ni calidad de terminación, si en cambio esos toques de distinción y de vehículo más elaborado con un entorno más lujoso. El diseño exterior es puro, limpio, sin excesos de ningún tipo, una característica de todos los Passat de última generación. Aunque las regulaciones son manuales se logra con facilidad la posición adecuada para cada conductor por medio de un brazo tipo críquet para el asiento y reglaje en altura y profundidad para la columna. Volante de tamaño justo, elevacristales donde deben estar, todo está a mano.
El instrumental es el típico de VW con ordenador de abordo básico que informa sobre consumo promedio e inmediato, km/h promedio, tiempo de viaje, etc. El espacio interior es de lo mejor debido a que el habitáculo es más generoso que el de sus rivales de segmento, el sector posterior dispone de amplitud como para encarar viajes largos sin problemas de piernas dormidas o dolores de coyunturas. La visibilidad es mejorable hacia atrás y en maniobras de estacionamiento donde se manifiestan algunas zonas "ciegas". Respecto a las luces son de potencia suficiente pero no disponen de regulación interna. El funcionamiento del climatizador es automático con display para elegir la temperatura deseada al que se agrega la exterior. Por el lado de la seguridad dispone de ABS y cuatro airbags (dos laterales) pero el equipamiento muestra faltantes como luces antiniebla delanteras, regulación eléctrica de asientos, CD, etc.

Interior sobrio y bien terminado. Tendencia a las aristas agudas.

La motorización es la que comparte con Audi y Seat, el 1.8 litros de cuatro cilindros, doble árbol con 20 válvulas, inyección y turbocompresor con intercooler. Si bien reacciona sin problemas a partir de las 1.800 rpm, se pone más alegre a partir de las 3.000 cuando el turbo manifiesta su presencia. Poco vibrador por ser un cuatro cilindros y con excesiva inercia, algo que se está generalizando en los motores modernos. Elástico y de buenas prestaciones en aceleración y una buena relación de peso / potencia de 9,14 kilos. Debido a su mejor coeficiente aerodinámico es más veloz que el Audi A3 y A4 con igual motor llegando a los 220 Km/h a un régimen de 6.000 rpm. El consumo está dentro de lo esperado para un motor sobrealimentado. Si se circula por autopistas respetando los 130 Km/h se pueden recorrer cien kilómetros con menos de 10 litros.

Tracciona parejo, sin zapateos, las relaciones de caja aunque "largas" son disimuladas por la elasticidad del motor. El comando de caja no es impreciso ni su recorrido extenso, pero muestra cierta lentitud en el proceso de cambio de marcha. La dirección es de buena respuesta, volante de tamaño ideal y asistencia justa. Lo mismo vale para la eficiencia de los frenos aunque el pedal -si buscamos alguna contra- es algo esponjoso para nuestro gusto lo que no modifica en nada su poder frenante.

El comportamiento rutero no ofrece puntos oscuros sin complacer el confort de marcha.

La tenida direccional es de primer orden e insensible a vientos laterales o cruce de grandes camiones en ruta. La suspensión es más mullida de lo que consideramos ideal pero es cierto que esa característica hace que el confort de marcha sea destacable. La terminación no ofrece puntos grises: materiales de calidad, encastres perfectos, buena insonorización y absoluta falta de ruidos o vibraciones internas. El baúl es de casi 500 dm3 pero de gran profundidad. El precio está por encima de algunos de sus rivales (caso Mondeo) pero por debajo de los Audi.

Un auto para aquellos usuarios que le dan importancia a la eficiencia de funcionamiento y a lo funcional. Una berlina netamente familiar, de excelente comportamiento, buena habitabilidad y que no deja de lado sus performances.