miércoles, 19 de septiembre de 2012

.UN NUEVO RÉGIMEN DE POLÍTICA AUTOMOTOR EN BRASIL ILUSIONA A LA ARGENTINA.

Por: Lautaro Godoy.-
En las próximas dos semanas Brasil reglamentará su nuevo régimen automotor que implicará trabar las importaciones de extrazona y que, de alguna manera, beneficiará a las autopartistas argentinas.
La medida que impulsa el Gobierno de Dilma Rousseff está dirigida principalmente a frenar la invasión desde China, tanto de piezas como de automóviles.
La idea es penalizar a las automotrices que no están radicadas en ese país y funcionan como importadoras en favor de las fábricas instaladas.
El Gobierno brasileño había dispuesto una suba del IPI (Impuesto a los Productos Industrializados) de 30 puntos el año pasado y prometió que quedarán exceptuadas de ese gravamen las empresas que cumplan con ciertos requisitos. Éstos son elevar del 60% al 65% el contenido regional de piezas, incrementar las compras locales de todo tipo de bienes y servicios, y cumplir con más de 10 procesos productivos.
Desde entonces hasta ahora, el régimen automotor no estaba reglamentado y es eso lo que va a hacer el Gobierno de Dilma en los próximos días.
En cuanto a la Argentina, el incremento del 60% al 65% del contenido regional será beneficioso porque significará más demanda para las autopartistas locales.
Esto lo confirmó ayer el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler. "Dentro de poco vamos a tener un plan automotor de Brasil que va a beneficiar a todos los componentes regionales, incluyendo la Argentina. Eso va a tener un impacto fuerte en la balanza comercial", explicó el diplomático argentino.
Las autopiezas son un componente importante del déficit comercial de u$s 5.803 millones que la Argentina tuvo con Brasil en 2011.
En el caso del sector automotor, las partes fabricadas en la Argentina y otras naciones de la unión aduanera Mercosur son consideradas regionales.
Aumentar las importaciones de partes es una de las fórmulas propuestas por la Federación de Industrias de Sao Paulo (FIESP), el mayor grupo de presión empresarial de Brasil, para equilibrar la balanza con la Argentina y evitar así nuevas trabas a los productos brasileños.
El secretario de Comercio Interior argentino, Guillermo Moreno, llegó ayer a la sede de la FIESP en San Pablo al frente de una misión de 120 fabricantes de partes interesados en aprovechar la oportunidad.
"El nuevo régimen brasileño debe favorecer a la Argentina", dijo Norberto Taranto, presidente del fabricante argentino de autopartes Taranto, que ya tiene un 45 por ciento de su negocio en Brasil.
"Las medidas que la Argentina y Brasil están tomando para proteger a sus industrias terminan siendo beneficiosas. Es como un círculo virtuoso", añadió durante la rueda de negocios en la sede de la FIESP.


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