Por: Lautaro Godoy.-
En las próximas dos semanas Brasil reglamentará su nuevo
régimen automotor que implicará trabar las importaciones de extrazona y que, de
alguna manera, beneficiará a las autopartistas argentinas.
La medida que impulsa el Gobierno de Dilma Rousseff está
dirigida principalmente a frenar la invasión desde China, tanto de piezas como
de automóviles.
La idea es penalizar a las automotrices que no están
radicadas en ese país y funcionan como importadoras en favor de las fábricas
instaladas.
El Gobierno brasileño había dispuesto una suba del IPI
(Impuesto a los Productos Industrializados) de 30 puntos el año pasado y
prometió que quedarán exceptuadas de ese gravamen las empresas que cumplan con
ciertos requisitos. Éstos son elevar del 60% al 65% el contenido regional de
piezas, incrementar las compras locales de todo tipo de bienes y servicios, y
cumplir con más de 10 procesos productivos.
Desde entonces hasta ahora, el régimen automotor no estaba
reglamentado y es eso lo que va a hacer el Gobierno de Dilma en los próximos
días.
En cuanto a la Argentina, el incremento del 60% al 65% del
contenido regional será beneficioso porque significará más demanda para las
autopartistas locales.
Esto lo confirmó ayer el embajador argentino en Brasil, Luis
María Kreckler. "Dentro de poco vamos a tener un plan automotor de Brasil que va
a beneficiar a todos los componentes regionales, incluyendo la Argentina. Eso
va a tener un impacto fuerte en la balanza comercial", explicó el
diplomático argentino.
Las autopiezas son un componente importante del déficit
comercial de u$s 5.803 millones que la Argentina tuvo con Brasil en 2011.
En el caso del sector automotor, las partes fabricadas en la
Argentina y otras naciones de la unión aduanera Mercosur son consideradas
regionales.
Aumentar las importaciones de partes es una de las fórmulas
propuestas por la Federación de Industrias de Sao Paulo (FIESP), el mayor grupo
de presión empresarial de Brasil, para equilibrar la balanza con la Argentina y
evitar así nuevas trabas a los productos brasileños.
El secretario de Comercio Interior argentino, Guillermo
Moreno, llegó ayer a la sede de la FIESP en San Pablo al frente de una misión
de 120 fabricantes de partes interesados en aprovechar la oportunidad.
"El nuevo régimen brasileño debe favorecer a la Argentina",
dijo Norberto Taranto, presidente del fabricante argentino de autopartes
Taranto, que ya tiene un 45 por ciento de su negocio en Brasil.
"Las medidas que la Argentina y Brasil están tomando para proteger
a sus industrias terminan siendo beneficiosas. Es como un círculo
virtuoso", añadió durante la rueda de negocios en la sede de la
FIESP.
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