Con motivo
del lanzamiento del Dart, el señor Sergio Marchionne se pasó por el Salón de la
gran capital automovilística del mundo, y soltó, como viene siendo habitual, información.
Empezando
por el principio, Marchionne confirmó sus predicciones de que en 2012 el
mercado europeo, en el mejor de los casos, se estancará, lo que afectará a sus
predicciones globales de crecimiento para el grupo Fiat Chrysler, proyectadas
hasta los casi seis millones de vehículos anuales, y ahora recortadas en casi
un millón.
Ante la
teoría de Marchionne, cualquier grupo que produzca menos de ocho millones de
coches al año se verá en apuros a medio o largo plazo, por no poder amortizar
las inversiones exigidas para mantenerse en la cresta de la ola tecnológica.
Con
Volkswagen, Ford, Toyota, Hyundai, GM y Renault-Nissan colocados en camino de
conseguir o afianzar dicha cifra de producción anual, Marchionne ve
imprescindible hacer algo para conseguir que Fiat-Chrysler esté en esa línea, y
para ello ahora habla de lo que hace unos meses descartaba completamente.
Según
Marchionne, en un corto plazo de tiempo, antes de que Chrysler salga a bolsa (y
esto sucederá en 2013), su grupo podría buscar un nuevo "partner" con
el que asociarse para tratar de conseguir el peso específico necesario para
garantizar la supervivencia a largo plazo, y por ende, la rentabilidad.
Y es
hablando de esto cuando aparecen varias posibilidades en el horizonte. De una
parte está la sufrida PSA, de la que se ha rumoreado en recientes fechas que se
había reunido para discutir este tema con el Grupo Fiat, cosa que Marchionne ha
negado categóricamente (afirma haber cenado en Detroit con el jefe de Peugeot,
pero sin hablar del tema).
El caso es
que PSA cuenta con una gama fuerte en los mismos puntos que la de Fiat, y al
mismo tiempo tiene una asociación en marcha ya con Mistubishi, y otra con BMW,
lo cual parece complicar un matrimonio con los italianos. Eso sí, que nadie
olvide que Peugeot es el segundo mayor fabricante de vehículos de Europa, y
podría dar origen a un grupo capaz de rivalizar con VAG.
En todo
caso, de llegar a un acuerdo, la idea podría pasar por compartir plataformas
para crear nuevos utilitarios amortizando la inversión, compartir mecánicas
(PSA está necesitadísima de mecánicas nafteras en el primer mundo, de las que
ya casi carece completamente), y racionalizar la producción (cierre de alguna
planta por parte de los franceses).
Otro firme
candidato, y este podría resultar más obvio, podría ser Volvo, que ya ha
confirmado que está buscando un socio industrial para materializar su próxima
generación compacta. Y es que ahora va a salir al mercado el nuevo V40, el
hermano del C30 en cinco puertas, al tiempo que este último recibe un nuevo
lavado de cara.
Este nuevo restyling dará vida hasta 2017 a
los compactos de Volvo, pero a partir de ahí necesita actualizarse, y para ello
necesita de un socio estratégico.
El tema es
que con Ford fuera de su accionariado, y asociada con Geely, que carece de
capacidad para proporcionar una plataforma a la altura de las circunstancias,
Volvo podría recibir de Fiat la misma plataforma del Dart, derivada del
Giulietta, al tiempo que la Fiat pone con ellos un pie en el acceso al mercado
asiático. Pero que Volvo sea parte de Geely complica sobremanera la situación.
Otra de las
posibilidades podría pasar por un refortalecimiento de la relación con Suzuki,
algo viable siempre que Volkswagen se salga del accionariado de los nipones,
algo que deberá decidir un juez, lo cual puede alargar, y mucho, la operación,
hasta hacerla inviable. Suzuki daría acceso a mercados estratégicos en Asia
donde el Grupo Fiat carece de fuerza, mientras Fiat podría aportar plataformas
y bases para un futuro brillante para Suzuki. Parece la fórmula ganadora, pero
la posición de VAG complica y mucho todo.
INFORMÓ: Lautaro Godoy.-
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