8.300
millones de euros es lo que va a invertir Volvo en desarrollar nuevos modelos y
mejorar sus instalaciones productivas a lo largo de los próximos 5 años, en un
enfoque claro para poder afrontar el crecimiento planificado por los suecos y
sus dueños de Geely.
Y es que no podemos olvidar que Volvo tiene un
objetivo a 10 años de llegar a las 800.000 unidades anuales (en 2011 sólo
colocaron 47.000), con un punto intermedio en 2014 donde esperan comercializar
200.000 coches en todo el globo.
Querer
incrementar su penetración de mercado a semejante ritmo exige una fuerte
inversión de capital para poder contar con la gama adecuada y la
infraestructura para comercializarla, y de ahí esta inyección económica, que
saldrá de préstamos concedidos a Volvo, y de sus propias cuentas de
explotación.
Una apuesta
arriesgada, pero que de funcionar, debería situar a Volvo cerca de las cifras
de BMW y Audi, ambas con más de un millón de coches colocados anualmente.
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